lunes, 18 de mayo de 2009

Obama y Netanyahu se reúnen por primera vez desde que asumieron

Washington. AFP. El presidente estadounidense, Barack Obama, recibe hoy al prime ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su primer encuentro desde las respectivas asunciones y con telón de fondo de desacuerdos sobre el conflicto en Medio Oriente y el programa nuclear iraní.

El gobernante israelí, que llegó ayer por la mañana a Washington, dará a conocer en la reunión del lunes en la Casa Blanca su anunciada nueva estrategia para alcanzar la paz en la región, centrada en la oposición a Irán, según sus colaboradores cercanos.

"Si presentamos el nuevo plan, los estadounidenses no lo rechazarán si creen que puede ayudar a su política (exterior)", dijo ayer un alto funcionario del gobierno israelí.

Los contenidos de esa política son aún secretos, pero asesores de Netanyahu --que es de línea dura y quiere un enfoque "nuevo" para el conflicto israelo-palestino-- dijeron que las diferencias entre Estados Unidos e Israel son "más de apariencia" que de esencia.

"Aun si existen desacuerdos entre los dos gobiernos, esto no afectará de forma fundamental a nuestras relaciones múltiples y muy fuertes", consideró recientemente Zalman Shoval, ex embajador en Washington y cercano a Netanyahu.

Los desacuerdos atañen a varios temas clave desde que asumió el gobierno de derecha israelí a fines de marzo.

Una de las mayores diferencias entre ambos líderes reside en que Netanyahu se niega a aprobar la creación de un Estado palestino independiente, aspecto clave de la negociación regional impulsada por Estados Unidos.

El deseo manifestado por Netanyahu de renovar el diálogo con el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas, podría no satisfacer al gobierno de Obama, que aspira al cese de las construcciones en las colonias judías, exigido en la 'Hoja de Ruta', el último plan internacional para el estancado proceso de paz en Medio Oriente.

Además, Netanyahu pretende proseguir su política de ampliación de los asentamientos existentes, en particular los de Jerusalén oriental, anexada por el Estado hebreo tras el conflicto de 1967, y los de las grandes colonias en la Cisjordania ocupada.

Otro gran tema de tensión es la decisión de Obama de entablar un diálogo con Irán para disuadirle de sus ambiciones nucleares, y quiere darle tiempo a su diplomacia en este tema, mientras Israel parece defender una solución más drástica y da signos de impaciencia.

La nueva postura de Washington preocupa al gobierno israelí, que considera la opción del uso de la fuerza y aconseja limitar ese diálogo con Teherán.

Para Netanyahu, la amenaza que representa el programa nuclear iraní es prioritaria, incluso más que la solución del conflicto israelo-palestino.









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