miércoles, 18 de noviembre de 2015

Un toque nada más

• La diferencia de la calidad de vida, cuando el azúcar ataca 
“La enfermedad de la diabetes causó alrededor de cinco millones de muertes durante el 2014 en todo el mundo. Cada siete segundos fallece una persona debido a este padecimiento y se estima que para el 2035 la cifra de pacientes con diabetes aumentará de 387 a 592 millones de personas.”
Así empezó el comunicado de prensa de la empresa Novo Nordisk, entregado con motivo del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado este 14 de noviembre, y que fue el marco de la cita de médicos especialistas y periodistas interesados en el tema, en Jacó, Puntarenas.
El tema de la capacitación abarcó mitos y realidades de la enfermedad, y hasta diagnósticos personales sorpresivos.
Conocimos también a Branden Russell, ciclista profesional y víctima desde los 12 años de la diabetes. Russell, quien ahora es vocero de Novo y viaja por el mundo en su doble condición de motivador y ciclista profesional, se prepara para correr en Francia en próximos días, al tiempo que mantiene a raya la enfermedad.
Novo Nordisk, empresa líder mundial en el tratamiento de la diabetes, presentó antes los especialistas y los invitados de la prensa costarricense su “portafolio de moléculas de nueva generación de insulina basal”; que traducido es nueva insulina que reduce el riesgo de hipoglucemia nocturna en un 43 % con una aplicación de una vez al día.
Hipoglucemia, sin ser experto y según entendí, es una baja de la glucosa -que contiene el azúcar- en la sangre, que da la energía que requiere el cuerpo, cuando esta baja, puede causar desde desmayos hasta poner en peligro la vida del paciente y de terceros. La insulina es natural en el cuerpo, pero cuando no se produce no puede procesar bien los azúcares. De ahí la necesidad de que si esta no la hace el cuerpo: “hay que darle alegría a tu cuerpo Macarena” y esta “alegría” es precisamente la insulina.
De mitos y realidades: 
No por casualidad, y sin haberme inyectado antes, -al menos hasta este seminario- muchas personas rehuyeron y rehúyen la posibilidad de inyectarse la insulina. Algunas razones que dan los pacientes son: el temor al pinchonazo, y el hecho de que el área de preferencia para esa picada es precisamente la región estomacal. Algunos dirían: si fuera en las pompis, pues estas ya están acostumbradas.
A lo mejor y con tecnologías ya obsoletas, tendrían algo de razón. Dicen que las punzadas de antes podrían ser como las de una inyección normal. Pero esto ha quedado atrás, muy atrás, y no refiero al “derriere”.
Hoy en día este dolor es solo un mito.
Durante la noche de cierre de este encuentro promovido por Novo y la agencia mexicana @EmalyCb y tan solo minutos después de soltar -en las playas de Jacó- una serie de globos con llama en homenaje a las víctimas de la diabetes, procedimos a dar el paso. Si el “duro paso” de probar la punzada.
En honor de la verdad, con mucho miedo, inseguridad y expectativa, iniciamos el proceso de preparación de la “pluma” que se utiliza para inyectar.
Casi que entre varios médicos me tuvieron que agarrar para darme valor. Segundos después y ante la mirada de propios y extraños, -algunos hacían ojos calificativos de “pendejo”- procedí a introducir la aguja de esta plumilla precargada… incrédulo aún me asomo bien en mi estómago, compuesto de cuadritos por supuesto, solo que todos los cuadros están unidos entre sí. Veo con asombro que en efecto ya me había inyectado, y que perfectamente lo haría unas diez veces más. Sí, no había sentido nada, más que un toque del borde de donde terminaba la aguja.
En otras palabras, todavía hoy, estoy sentado escribiendo esta historia, y esperando a sentir el pinchonazo, el dolor o cualquier otro mito.
Insulina de Novo: 
Si a esto le sumamos que en una sola aplicación diaria, le proporcionas al cuerpo la insulina que requiere, y que esta no te produce el efecto de otras, como los conocidos bajonazos, no queda más que un avance científico sin precedentes para la calidad de vida de quienes padecen de diabetes, sin dolor, sin ser esclavos de un horario de inyección, sin bajonazos, sin riesgo para la vida.
198 millones de hombres y 184 millones de mujeres en todo el mundo indudablemente ya no lo pensarán dos veces, ya no arriesgarán la vida.
Claro, lo mejor sería una buena dieta y un estilo de vida saludable, pero si la genética, la herencia y los vicios de alimentación ya dictaminaron el camino, pues la mejor solución es: Un toque nada más, que hace la diferencia de la calidad de vida, cuando el azúcar ataca.
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