Costarricenses:
Somos un país de paz, y esto es lo que más nos distingue en el conjunto de las naciones y lo que más hemos cuidado a lo largo de nuestra historia.
La decisión unilateral de abolir el ejército nos ha permitido tener un gasto social mayor y así tener más paz social. Sin embargo, cuando vivimos situaciones como la de estos días en la frontera con Nicaragua, tenemos el reto de actuar de acuerdo con nuestra tradición de paz.
Las fuerzas armadas de Nicaragua incursionaron y permanecen hasta el día de hoy en el territorio costarricense, en Isla Calero en la Provincia de Limón. Ahí instalaron campamentos militares, izaron la bandera nicaragüense, destruyeron bosque de un área protegida y vertieron sedimentos con considerable daño ambiental. Estas acciones sólo las podemos calificar como una grave violación a nuestra soberanía, a la integridad de nuestro territorio y a nuestro patrimonio ambiental.
Los argumentos esgrimidos al calor de estas acciones por la parte nicaragüense, al plantear dudas sobre los límites fronterizos, son solo palabras sin fundamento.
Somos un país de paz, y esto es lo que más nos distingue en el conjunto de las naciones y lo que más hemos cuidado a lo largo de nuestra historia.
La decisión unilateral de abolir el ejército nos ha permitido tener un gasto social mayor y así tener más paz social. Sin embargo, cuando vivimos situaciones como la de estos días en la frontera con Nicaragua, tenemos el reto de actuar de acuerdo con nuestra tradición de paz.
Las fuerzas armadas de Nicaragua incursionaron y permanecen hasta el día de hoy en el territorio costarricense, en Isla Calero en la Provincia de Limón. Ahí instalaron campamentos militares, izaron la bandera nicaragüense, destruyeron bosque de un área protegida y vertieron sedimentos con considerable daño ambiental. Estas acciones sólo las podemos calificar como una grave violación a nuestra soberanía, a la integridad de nuestro territorio y a nuestro patrimonio ambiental.
Los argumentos esgrimidos al calor de estas acciones por la parte nicaragüense, al plantear dudas sobre los límites fronterizos, son solo palabras sin fundamento.
Las cartas geográficas de ambas naciones reflejan los límites con claridad y esas tierras invadidas son nuestras. Ellos ignoran de manera flagrante el Tratado Cañas-Jerez. Les reitero, son tierras costarricenses.
Tenemos el gran reto de actuar ante esta agresión con prudencia y con sensatez. Pero que no se confundan, seguiremos actuando con firmeza y lucharemos porque se haga justicia. Esta es nuestra fuerza, la fuerza de la razón y no la fuerza de las armas.
No podemos dejarnos llevar por la profunda indignación que nos causa esta inmerecida agresión. Nuestros instrumentos son el diálogo y el derecho internacional, con ellos estamos actuando. Por esto hemos acudido a la OEA para que se conozcan nuestras razones y de esta manera poder iniciar la batalla que nos espera en los foros internacionales. Vamos a garantizar la protección de nuestra soberanía y de nuestro ambiente.
A los hermanos y hermanas nicaragüenses, especialmente a quienes conviven con nosotros, les reiteramos nuestro afecto y compromiso con el respeto y la convivencia pacífica.
Queridas y queridos Costarricenses: nunca como ahora debemos de estar unidos cuando la agresión y la provocación nos ponen a prueba. Estemos serenos y firmes, en medio de la indignación que estos actos nos provocan. Tengan confianza y fe en la eficacia de las acciones que ha emprendido el Gobierno de la República en defensa de nuestro patrimonio ambiental y de nuestra soberanía.
Vamos a defender nuestro derecho a vivir en paz.
Buenas noches.
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