miércoles, 19 de febrero de 2014

MOMENTO DE DECISIÓN




Estimadas y estimados Congresistas de la Nación:


El día de mañana jueves se aprestan a darle a la patria uno de los puestos de mayor importancia para el país: el Defensor de los Habitantes de la República.

Los tiempos que se avecinan, sabemos todos, no serán fáciles, al contrario la inteligencia emocional, el diálogo, el convencimiento, tender puentes y derribar muros, deben ser una política de la DHR.

Al mismo tiempo  debemos utilizar toda las herramientas que nos permite el sistema democrático y jurídico con el que contamos, para que los tiempos de paz se mantengan, para que nuestro pueblo no sea atropellado pero que también se respeten las instituciones en su actuar siempre amparado al marco de la ley. 

Necesitamos una Costa Rica inclusiva, que proteja sí a las minorías, pero que en ese alero se considere también el criterio de las mayorías; que se proteja a las mayorías pero que en ese afán no se olvide a las minorías. Sí, es una tarea difícil, pero la comunicación hará que aquello que nos divida pueda ser revertido y esas diferencias sean más bien lo que nos una como una sola patria, y con respeto entre todos.

Con amplia experiencia en la función pública y del accionar de nuestras instituciones, pero además con probado conocimiento de las necesidades de los habitantes, ante ustedes, con la humildad y la fuerza que me da el ser un ciudadano común y corriente (como decía Ramiro de León Carpio, expresidente Guatemalteco), me permito presentar mi nombre, lejos de cualquier atadura política, lejos de cualquier fanatismo, lejos de cualquier interés más que el de servir a mi patria querida y amada. 

Les solicito con vehemencia, respetar el trabajo de sus compañeros de la Comisión Permanente de Nombramientos, quienes han hecho una labor ardua para buscarle a la Nación el mejor Defensor y escoger dentro de las nóminas propuestas.

La nueva visión que les ofrezco es la que aprendimos los periodistas que ejercemos honrada y éticamente nuestra profesión, una profesión que nos convierte en defensores de los habitantes innatos, donde quiera que estemos, es natural para nosotros esta posición, es una visión diferente, más social, más inclusiva, más equilibrada y con los fundamentos de nuestras propias creencias.

Es por ello que les pido, que se pongan una flor en el ojal, para que en los últimos días de su mandato como legisladores y legisladoras, nombren en la Defensoría a un ciudadano de la sociedad civil, sin ligámenes políticos, que no viene del abolengo, lo que tampoco es malo, pero que hoy otro perfil se ocupa a la luz de los acontecimientos, y que de ser así le devuelvan la Defensoría a los habitantes.

Que Dios bendito, cualquiera que sea la creencia que tengan de ÉL, les ilumine en su decisión, por el bien de nuestra amada Patria.

Con sinceridad,
Ccc. José Rodolfo Ibarra B.
Ciudadano Común y Corriente
19 febrero 2014

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